Es difícil encontrar propiedades a la venta en Galicia como esta: 170.000 m2 aproximadamente, en una sola finca. Es conocida como la Casa Señorial de Portas: 370 m2 de superficie, incluían cuadras, caballerizas y pajar en la planta baja. Unos doscientos años más tarde, la familia decidió construir una casa nueva dentro de la propiedad. Esta Casa Nova es aún más grande: 560 m2 de superficie, en dos plantas. Todavía su estructura es sólida, pero necesita reformas que ya han empezado a acometerse. Un molino harinero sobre el Río Azúmara que conserva intacta toda la maquinaria, limpia y ordenada. Sus 80 m2 de superficie contienen detalles tan atractivos como las ventanas de cristal en el suelo. La magnífica casa anexa al molino, construida en el mismo estilo que este: 140 m2 de superficie, en perfectas condiciones, forman una excelente vivienda. En conjunto, todas las edificaciones suman una superficie de 1.150 m2 construidos. Aquí cabe todo. Hasta el sueño más grande. Cualquier negocio tu
Casona de hidalgos, casa y molino. Pizarra, madera y agua.
Es difícil encontrar propiedades a la venta en Galicia como esta. Las dimensiones de su terreno, 170.000 m2 aproximadamente, en una sola finca. El número de edificios dentro de la propiedad, algunos muy valiosos y con historia. El entorno donde se sitúa, densos bosques autóctonos, un río truchero atravesando la propiedad. A escasa distancia de uno de los castros mejor conservados de Galicia, que además incluye un museo arqueológico de la época galaico-romana. Todo esto hace excepcional este conjunto, situado a solo 15 minutos de la ciudad de Lugo.
Los hidalgos gallegos del siglo XVI elegían bien donde vivir
El Renacimiento estaba en pleno auge cuando la familia de hidalgos Castro decidió construir esta gran casona de dos plantas. Es conocida como la Casa Señorial de Portas. Sus 370 m2 de superficie, incluían cuadras, caballerizas y pajar en la planta baja. Se situaban a uno y otro lado del original patio cubierto de acceso a la vivienda. Y en la planta superior, “estaba la cocina, habitaciones, salón, y demás dependencias propias de su rango y categoría.” Hoy, sus muros y cubierta están prácticamente intactos, así como la viguería de madera. La casa noble y su escudo de armas esperan para que sus nuevos propietarios configuren la estructura que deseen.
Unos doscientos años más tarde, la familia decidió construir una casa nueva dentro de la propiedad. Concretamente, en 1841, como figura en el dintel de la puerta principal. Debían ser buenos tiempos: esta Casa Nova es aún más grande: 560 m2 de superficie, en dos plantas. Todavía su estructura es sólida, pero necesita reformas que ya han empezado a acometerse. Describir su interior con su multitud de salas, dormitorios, estancias… sería demasiado extenso para este espacio.
Y por último, pero no menos importante, el molino. Un molino harinero sobre el Río Azúmara que conserva intacta toda la maquinaria, limpia y ordenada. Sus 80 m2 de superficie contienen detalles tan atractivos como las ventanas de cristal en el suelo. A través de ellas puede verse no solo la maquinaria medio sumergida en el cauce, sino las bravas truchas oscuras del Azúmara. Pero es seguro que este molino fue muy activo en sus tiempos de esplendor. Lo demuestra la magnífica casa anexa al molino, construida en el mismo estilo que este. Sus 140 m2 de superficie, en perfectas condiciones, forman una excelente vivienda. Tiene dos amplísimos dormitorios y dos cuartos de baño. Una hermosa cocina con horno de piedra y una sala de estar con chimenea.
En conjunto, todas las edificaciones suman una superficie de 1.150 m2 construidos.
170.000 m2 de tierra y árboles, 1.150 m2 construidos, un molino intacto y un río desbordado de historia
Espacio es la palabra clave. Y en esta propiedad de Azúmara hay mucho. Construido y abierto, natural. Las posibilidades son infinitas. Unos bosques apretados de abedules, alisos, robles y castaños. Tapizados de helechos. Pero también miles de metros cuadrados de superficie cultivable.
Hay un precioso canal de piedra por donde discurre el agua que mueve el molino. Una leñera de casi 80 m2, que se abastece con la leña de la propia finca. Podría ser un hermoso apartamento. Casetas de piedra para aperos: un estudio perfecto.
Aquí cabe todo. Hasta el sueño más grande. Cualquier negocio turístico que se plantee, tiene cabida aquí, Desde un hotel con encanto a un albergue para retiros espirituales. La residencia de una pequeña comunidad del tipo que sea. O el maravilloso destino final para un grupo de personas que buscan retirarse juntos a una joya natural como Azúmara.
La propiedad se encuentra en la aldea que toma su nombre del propio río Azúmara. Se encuentra a poco más de 2 km de Castro de Rei, el centro de A Terra Chá, La Tierra Llana. Distanciada solo 15 minutos de Lugo capital, con todos los servicios de una ciudad moderna. En su entorno, a 3 km concretamente, se encuentran vestigios del paso de los romanos por Galicia, en Castro de Viladonga; pero también un aeródromo con mucha actividad deportiva, Rozas.
La costa se encuentra a 50 minutos. Y el aeropuerto internacional de A Coruña a algo más de una hora. La carretera Nacional 640, que une Lugo con la costa norte de la provincia, está a 2 km de la propiedad. Y la CP 1611 discurre por el mismo límite de la finca.
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